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Alvaro Díaz

[#PonlePlay] Tame Impala, un camino ascendente de reflexión y psicodelia

La banda australiana desde sus inicios trajo de vuelta los sonidos psicodélicos y desde su debut solo mejoró con el tiempo. En el #PonlePlay de esta semana te recomendamos Innerspeaker (2010) y Currents (2015).



Innerspeaker (2010), por Karen Salazar


Pocos tienen la suerte de exponer sus proyectos y ser reconocidos con facilidad. Y Kevin Parker lo logró. Hace 10 años Tame Impala lanzaba su primer álbum de estudio Innerspeaker, convirtiéndose en un referente del rock psicodélico. Cada componente en este trabajo crea un ambiente uniforme que toma forma en la medida que avanza el disco. Escuchamos juegos de sintetizadores, guitarras y la voz potente de Kevin Parker, pero no es sólo eso. Identificamos a través de la composición, grabación y producción del álbum los detalles que hacen de este disco uno de los mejores de Tame Impala. Los títulos de cada canción contienen frases existenciales que se desarrollan en cada letra e invitan a escucharnos a nosotros mismos en la soledad. De hecho, Innerspeaker traducido al español sería algo como ``hablante interno´´. La sincronía entre sonido y lírica te llevan a perderte en las 11 canciones sin aburrirte, incluso estando solo. Este disco de Tame Impala es toda una invitación a estar contigo mismo y escucharte, por eso hoy te lo recomendamos.



Currents (2015), por Paula Valles


Es difícil elegir cuál es el mejor disco de Tame Impala. Desde sus inicios la banda australiana liderada por Kevin Parker destacó por sus sonidos psicodélicos y hasta ahora solo han mejorado. Una muestra de esa maduración musical es Currents, el álbum que publicaron en 2015 y que demuestra la evolución musical de la banda.


A través de sus 13 canciones, Currents es un recorrido musical por los sonidos sintetizados y ritmos pausados (en su mayoría), que definen los cambios con respecto a sus discos anteriores con predominio de riffs de guitarras. Currents te lleva por un túnel de sensualidad y relajo musical que vale la pena disfrutar ya sea solo o acompañado.


A su vez, el disco es un viaje por la nostalgia, el desamor y las complejidades de esos rumbos, lo que lo vuelve en una pieza tan personal del artista como de quien escucha. Cualquiera se puede sentir identificado y agarrar el disco cuando lo necesite para su propia introspección.


Si no lo has escuchado, estos días pueden ser un buen momento. Son solo 51 minutos de tu cuarentena de los que no te vas a arrepentir.



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