Javiera Mena, Gonzalo Yáñez, Francisco Victoria y Miranda! son algunos de los nombres que recrearon la icónica canción de Los Prisioneros.
Era 20 de Mayo de 1990 y la música chilena recibiría una de sus grandes obras: Corazones de Los Prisioneros. La popular banda no tan sólo dejaría de lado su critica social para engendrar un disco lleno de emociones, también dio protagonismo a lo femenino. Un trabajo revolucionario que hace eco hasta hoy.
Tomar alguna canción de este mítico disco para crear una versión propia implica vencer una misión desafiante e incluso aterradora. Pero que valdría la pena para celebrar las tres décadas del álbum.
Sin la presencia de Jorge Gonzalez, o de ningún ex Prisionero, artistas chilenos y argentinos se propusieron la tarea de dar vida a una nueva y propia Tren al sur, ya un himno para todas las generaciones.
El equipo es vasto y fecundo. Ale Sergi y Juliana Gattas, de Miranda!, Gonzalo Yáñez, por el lado argentino y Javiera Mena, Pedro Piedra, Dulce y Agraz, Camilo y Abel Zicavo, de
Moral Distraída, Noche de Brujas, Aguaturbia, Entrópica, Francisco Victoria, Felicia Morales y Ángelo Pierattini, por el chileno.
Mas que un simple tributo, los músicos quisieron hacerla propia. Cada interprete le otorga su propia estampa y estilo, respetando claro los arreglos originales. Pablo Ubiergo aportó con arreglos en acordeón, Gonzalo Yáñez en guitarras y charango, y Francisco Victoria en sintetizadores, programaciones y quenas.
“La idea surgió en una conversa con Jorge en la que se me ocurrió proponerle la idea de hacer alguna canción de corazones, a propósito de los 30 años. Y a Jorge le pareció buenísimo. Por lo qué no lo dudé. Y empecé a trabajar en ello. Sin contarle mucho. Para poder hacerle un regalo. Que ojalá fuera lo más sorpresa posible. Además del gusto personal por hacer una versión de tan gloriosa canción. Cuando empecé a darle forma a la idea junto al sello M&E, se nos ocurrió convocar a artistas que fueran del gusto de Jorge, y con los que tuviera algún tipo de relación. Y así fue que cada invitado se puso a disposición de inmediato y se aplicaron como los artistas que son”, comenta Gonzalo Yáñez.
Tren al sur del 2020 mantiene lo esencial de la obra original, pero la interpretación varía.
“Debía ser lo más respetuoso posible con la estética noventera de los samples que se usaron originalmente. El desafío más grande fue recrear el sonido de tren sintético del final, creo que fueron por lo menos diez tomas. El resto fue pensar bien de qué forma quedaban mejor las voces, decidimos que lo más importante era que existiera armonía entre los timbres de cada artista que nos mandó sus grabaciones”, comenta Francisco Victoria.
Con una letra que se enmarca dentro de las más lucidas del rock chileno, y un contexto que hasta el día de hoy se conecta con las realidades que se viven a diario en Chile, Tren al sur sigue su viaje para traspasar generaciones y nutrir la historia de un pueblo que se reconoce en sus agentes culturales.
Comments